viernes, 5 de marzo de 2010

Una experiencia tántrica

Ya os he dicho varias veces que cada vez comulgo más con las filosofías orientales, y trato de aproximarme al mundo de los chakras, y el karma, y el hinduismo. El caso es que esta tarde me he ido a ver a una numeróloga para ver en qué consistía exactamente esto de la numerología

En cuanto me he sentado en su despacho zhen, me ha empezado a explicar los conocimientos básicos sobre este inmenso tema, y yo he entendido a la perfección cada uno de los pasos que me contaba. Era como que mi mundo entero encajara con el suyo, y he sentido un intercambio de energías potentísimo. En ese preciso instante, tenía unas ganas locas de llorar de pura emoción, y se me ha erizado hasta el pelo de la nuca...

Yo seguía escuchando, admirada. No perdía cuenta de un solo comentario, de un simple movimiento de sus manos, o de su turbante, o de cualquier cambio en sus facciones...

Después de su clase magistral de una hora sobre el funcionamiento del Universo, hemos empezado a analizar mis números basándonos en mi fecha de nacimiento. ¡Y qué grandioso!
Resulta que soy una persona con muchísima fuerza interior, y con un nivel altísimo de intuición. El único problema es que, en ocasiones, me acobardo por mis miedos y no me hago caso, cuando en realidad sé exactamente cuál es la respuesta.

Actúo de manera dominante y controladora, y tengo alma de líder. Sólo me relaciono con personas a las que considero iguales a nivel espiritual, y las que no lo están, definitivamente me aburren. En ocasiones me muestro radical, y me aplico un todo o nada muy desacertado -y poco sabio, por cierto-. 

Tengo una claridad mental privilegiada, que debería agradecer cada día por ser un auténtico regalo divino. Mi virtud más marcada es el servicio, y tengo espíritu de madre. Tiendo a cuidar a todas las personas que se cruzan en mi camino, y no necesito que otro ser salga de mí para sentir la maternidad (qué bonito, ¿verdad?).

Proyecto el camino de mi vida de una manera un tanto traviesa, y eso me lleva por el mundo disfrutando hasta del color de las nubes. Siento que me tengo que mover, porque mi Madrid natal se me queda corto. Y jamás tendré una vida convencional, porque yo no soy un ser convencional. 

Soy una fuente de energía positiva infinita... Ya os podéis ir aprovechando de mi inmenso campo de atracción energético. ¡Cómo he disfrutado de mi sesión de hoy! Ahora tengo que cantar cada día 45 minutos mirando al sol unos cánticos hindúes de captación de energía. ¡Pero qué ganas!


No hay comentarios: