Suponiendo que a lo largo de nuestra vida durmamos unas 8 horas diarias, habremos invertido alrededor de 21 años en esta tarea. Por el mismo motivo, teniendo en cuenta que al menos (y hay que remarcar muy especialmente eso de AL MENOS), un individuo realiza tres comidas al día. A una media de una hora por cada comida, y media hora para desayunar, hacen un total de dos horas y media al día, es decir, 75 horas al mes, y 912 horas y media al año. O lo que es lo mismo: ¡casi 9 años a lo largo de una vida!
¿No es impresionante?
Bueno, pues esta mañana, mientras invertía parte de esos 9 años que voy a dedicar a comer, he pensado que en mi caso seguro que serían muchos más. Muchísimos más. Y me encanta. ¿Por qué tengo que desviar mi atención y definirlo -injustamente- como una pérdida de tiempo?
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