domingo, 29 de marzo de 2009

Cursando Licenciatura en Rebeldía

Tengo que reconocer mi ausencia de sentimiento ante tu suspiro, cosa que ciertamente me sorprende y me preocupa; ni la más minúscula lágrima, ni el menor de los nudos ansiolíticos, ni la mera voluntad sacrílega. Tengo que reconocer que me duermo en cada esquina, cosa seria, ¡y ni siquiera estoy bautizada para librarme de tu purgatorio!

Esto es raro, la vida es rara, yo estoy rara. No me gusta adelantarme a los sufrimientos, y sí. La pienso, la repienso, la domino y me mata. Pero nunca acierto, ni siquiera atino a bostezar en mis sueños, y me alegro de haberte conocido y de que me aliviaras el miedo. Me gustan pocas cosas, me engaño con mentiras de las gordas y me niego la posibilidad del verdadero llanto. Tengo un esparadrapo en la boca que me impide contarte mi silencio, y me ata cada noche a una incensante carrera militar.

Siento que te odio, que no te quiero, que ansío que desaparezcas de mi vida, que vueles lejos, que no te preocupes, que ya me voy yo. Y sé que todo esto es venganza, y sé que algún día un telegrama roñoso me avisará de tu muerte, y yo me sonreiré por dentro y gritaré por fuera, así, ¡ASÍ! como tantas veces he imaginado. Y sé que me duele decirte esto, que no quiero que me vuelvas a exigir nada, que no te mereces mis lágrimas ni el más mínimo de mi sufrimientos, que ya no los vas a ver más. Que te lo juro. Que ya me he muerto.

jueves, 12 de marzo de 2009

Con M de Multa

Hace cosa de un par de meses, me levanté un día temprano y, mientras desayunaba, llamó alguien al timbre. Me extrañé ligeramente porque no eperaba a nadie, así que iba pensando por el camino en quién podía ser a esas horas... Fue algo decepcionante comprobar que sólo se trataba del cartero, que traía una carta de esas que deben ser importantísimas, porque hay que firmar, identificar, demostrar y entregar en mano.

Un vez acabado el proceso, miré la carta y pensé "jejeje, a mamá ya le han puesto otra multa. Cómo está el gobierno que no hace más que incrementar las sanciones". Para ser sincera, mis pensamientos acabron ahí.

Pero oh sorpresa, cuando después de un árduo día de trabajo, mi madre me recibe de una forma un tanto atípica, y me muestra ese sobre blanco que había llegado esa misma mañana a casa, y que incluso había sido motivo de burla entre mis pensamientos. Pues sí, me la habían puesto a mí, por ir a 79 km/h cuando el límite era de 70.

Pero ahí no acaba la historia. Y es que esta noche, cuando he llegado a casa, otra vez agotada tras un día un tanto desconcertante, mi madre me ha saludado con un hola de esos que cortan la respiración. Esta vez he pensado "oh, mierda, qué he hecho". Y me dice: " Espe, te han puesto otra multa, del mismo día, pero en distinto punto kilométrico". Entonces yo he pensado: "oh, mierda. Si paso por el tunel de la M-30 todos los martes, en todo su recorrido (que para ser más exactos es entre los km. 19 y 8, esto es 11 kilómetros por semana), y hay un radar en cada punto kilométrico, y llevo yendo cinco meses, y ambas multas son del 4 de noviembre... ¿Cuántas me habrán puesto? Pues calculo que a cuatro días al mese, por 11 radares diarios,son unas 44 multas semanales, lo que hacen un total de 220 multas!!!!! A lo mejor, cuando lleguen todas me he tenido que buscar un segundo trabajo para pagarlas (o un tercero) y además me he quedado sin puntos por infringir la misma ley 220 veces...

Este sistema no funciona. Ahora sólo me queda mandar vibraciones positivas al Universo para que al final todas se pierdan en alguna caja secreta de la DGT. Y por supuesto, dejar de coger el maldito túnel de la M-30!!!