miércoles, 24 de marzo de 2010

Antología del disparate

Ahora mismo estoy dando clases de muchísimas cosas a diferentes personas. Por las mañanas enseño Matemáticas y Lengua Castellana, por las tardes computación e inglés, y algunos días simplemente lo que se tercie... Como siempre, estoy aprendiendo enormemente de cada uno de mis alumnos, pero no puedo obviar dos historias que me han llamado especialmente la atención.

El otro día, durante una de las clases, estuve sondeando a un niño para sacarle información sobre su vida familiar. Estábamos analizando la acentuación de las palabras, y yo les pedí que remarcaran el golpe de voz en cada una de ellas para que supieran si eran agudas, llanas, esdrújulas o sobresdrújulas. El caso es que poco a poco descubrí que el día anterior había trabajado en la calle hasta la una de la madrugada, que su madre había comprado un televisor de plasma con su dinero, y cosas por el estilo. Al cabo de un rato, Ani -que estaba conmigo- empezó a preguntar:

- Esteban, ¿tu papá toma?

- No.

- ¿Y no toma tereré?

- No.

- ¿Y no toma cerveza?

- No.

- ¿Y qué toma entonces?

- Mi papá sólo toma bebidas alcohólicas -y lo dijo remarcando tanto la o, que Ani y yo nos tiramos de la risa-. 

Pero es que no os lo perdáis, porque hace unos días estaba la hermana Esther en clase de mates con varias niñas, enseñándoles a dividir. Le pareció conveniente empezar por que aprendieran lo que es una unidad, una decena, una centena... Y así sucesivamente. La monchi escribió un número bastante largo en un papel, y les fue indicando uno a uno para que ellas dijesen cuál era cada uno. Así, la conversación se tornó de la siguiente manera:

- 3: unidad, 5: decena, 7: centena, 4: mil, 8:millar...

Las niñas seguían obedientes el dedo de la hermana y repetían al unísono lo que les iba diciendo. Pero hubo un momento en que una de ellas se quedó mirando fijamente a Esther, y le dijo:

- Hermana, ¿después de las centenas de millar... Qué vienen, los dólares?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, así son los niños, en Paraguay y en todo el mundo. Lastimosamente en Asunción las cosas son un poco más difíciles que en España.

Soy un español Casado con paraguaya, residente en España pero con planes de retiro en Paraguay.

Leo tu blog y me alegra ver como te vas haciendo a las costumbres Paraguayas. Cuando llegaste lo del tereré te parecía una guarrada y ya hasta compartes con desconocidos en el colectivo. Si hasta te acabará encantando la chipa....

Un saludo fuerza y animos Esperanza que lo que estás haciendo es muy bonito.

Daniel