viernes, 29 de abril de 2011

La Manga - Torremenga - Salamanca

Una de las mejores cosas de ser profe es que tienes las vacaciones de los niños, así que he aprovechado la ocasión para terminar de recuperarme de mi recientísima operación y me he pasado una Semana Santa como hacía años...

Los primeros días me fui a La Manga, que no lo conocía. Disfruté muchísimo, conocí a dos personas maravillosas, y disfruté como una niña, tomando el sol, charlando durante horas, y simplemente dejándome llevar por el mar, tan tranquilo, tan azul, tan salado, tan grande...

Acto seguido, y pasando apenas una noche en casa, disfruté mucho de mi familia en Torremenga, jugando con mis primos al Jungle Speed (juego maravillosamente caótico para el que no estoy nada capacitada), y dando largos paseos por los caminos rodeados de retama y lavanda fresca. 

Y el domingo quise apurar las últimas horas de mis vacaciones, para hacer una pequeña visita a mi primísima Ana en Salamanca. Qué maravilla de ciudad. ¡Siempre es buena idea escaparse en busca de la dichosa rana!

Yo firmaría por tener más Semanas Santas así. Quién sabe, puede que por fin me decida, y me saque el CAP para acabar siendo una profe de verdad, de las que escriben en pizarras grandes de verdad, en un cole de verdad, con miles de alumnos atendiendo a la vez!

Quién sabe...


martes, 12 de abril de 2011

A Diana y Alberto

El viernes pasado se casó mi gran amiga de la infancia Diana, con su novio de toda la vida Alberto. Yo estuve en la boda, participando de este día tan especial para ellos. Me pidieron que les escribiera un pequeño discurso para leerlo en los postres, así que lo dejo aquí para que quede ya para la posteridad. Un beso muy muy grande a los dos:

Conozco a Diana desde hace más de 20 años, y creo que puedo decir que la conozco. Con ella empecé a descubrirlo todo: salí de fiesta por primera vez con ella, cuando aún teníamos que estar a las 11 en casa, charlamos sobre las dudas del primer amor, y también lloramos juntas ante el primer dolor… Con ella aprendí a abrirme al mundo, a soñar juntas, e incluso a fantasear con el día de nuestra boda.

Ella ha estado siempre ahí para mí, haciéndome partícipe de su vida, compartiéndola conmigo. Y hoy, 8 de abril de 2011, esa fantasía adolescente, llena de ideas mentales sobre trajes, flores y largos pasillos hasta el altar, se ha hecho realidad. No tengo palabras para expresar la profunda alegría que siento al ver que Diana, mi gran amiga, mi amiga del alma, ha llegado hasta aquí, con su precioso traje, y por fin ha atravesado el susodicho pasillo del brazo de su padre. Creo que cuando tienes 15 años y piensas en estas cosas, no te imaginas que tienes que pasarte 6 meses de la ceca a la meca organizando, probando y comprando, gastando, invitando y volviéndote loca.

Pero si dejamos a un lado el tema de la boda, la composición formal de la boda, me gustaría decir que me quedo con el mensaje de lo que esto significa. Me consta que desde que Diana conoció a Alberto todo ha cambiado en sus vidas. He visto su increíble tesón, su constancia y su voluntad inquebrantable por conseguir aquello que deseaban, por estar juntos, por compartir sus vidas como una pareja. Todos sabemos que las relaciones son a menudo complicadas, que hay que ceder en muchos momentos, que hay que tragar con cosas que no nos gustan. Y que además la convivencia, el día a día, la realidad tal y como es, consigue que parejas sólidas se rompan por un conjunto de pequeños detalles. Pero Diana y Alberto, Alberto y Diana, han superado esa prueba con creces, han crecido juntos, han pasado esos caóticos años en que uno deja de ser un niño para adentrarse en la vida adulta de la mano, el uno junto al otro, siempre juntos.

Estoy muy orgullosa de vosotros, y representáis para mí un ejemplo a seguir, un ejemplo de superación, un ejemplo de valentía, y sobre todo, un ejemplo de muchísimo Amor. De Amor con mayúsculas, amor incondicional, amor gratuito. Amor de querer formar una familia, Amor de superar todas las adversidades, simplemente Amor. Hoy empieza una nueva etapa en vuestra vida, que espero que sea absolutamente maravillosa.

Decía Antonio Machado que a las palabras de amor les sienta bien un poquito de exageración, pero creo que acierto cuando afirmo que hoy es el primer día del resto de vuestras vidas. ¡Enhorabuena a los dos!