viernes, 16 de julio de 2010

Amar lo que es

Esta semana he tenido la enorme fortuna de dedicar unos días a descansar en Torremenga. La verdad es que me fui porque me habían hablado de un doctor buenísimo que estaba en Talayuela -un pueblo muy próximo al lugar en el que está la casa de mis padres allí-.

Yo andaba algo nerviosa, impaciente por experimentar ese nuevo sistema que estaba a punto de descubrir. Nada más entrar, el doctor me explicó que él apostaba por la medicina holística, y que esto era posible gracias a la Acupuntura de Völl. Me contó un poquito cómo funcionaba, y en seguida me sentó en una silla, con los pies apoyados en una especie de banqueta, y empezó a mirar punto por punto cada una de las partes de mi cuerpo reflejadas en los pies o en las manos.

Yo estaba absolutamente fascinada con el invento, y tras dos horas -que a mí se me pasaron volando-, concluyó que tengo 5 puntos algo descompensados, y que tendría que centrarme en ellos para encontrarme tan bien como me gustaría. Al final me recetó unas plantitas -que compraré este finde en algún herbolario-, y puede que incluso, con el tiempo, deje de tomar mis pastillas para el tiroides.

Han sido tres días maravillosos, en los que no existían los relojes, ni las normas, ni los horarios... Tres días pensados para relajarme, para disfrutar, para descubrir mi auténtico yo, y para abrir mi cuerpo y mi mente al mundo. Tres días para aprender, para compartir, para pensar, y para amar lo que es.

Nunca antes había visto esos campos con los ojos llenos de ilusión, ni me había sentido fascinada por la casa de techos infinitos, ni había paseado por el pueblo deleitándome con cada flor, con cada ladrillo, con cada puerta...

Siento que ahora realmente estoy empezando a vivir. Tengo un amigo muy sabio que una vez me dijo que las personas, desde que nacen hasta los 25 años, son esponjas dispuestas a aprender de cada movimiento que ven, pero que sólo a partir de entonces empiezan a vivir. ¿Será verdad? Le mando un beso enorme desde aquí al Pa'i Jaume, con el que tantas veces me inspiré, y que tantas cosas me enseñó.

No hay comentarios: