Hace pocos días decidí que había llegado el momento de independizarme. Es cierto que aún no tengo un trabajo fijo y que vivir sola implica responsabilidades, gastos, y bla, bla, bla... En cualquier caso, yo me siento preparada para dar ese paso.
Y además noto un gran avance interior al no interpretar este cambio de estado como una huida, sino como una nueva etapa. Ya he vivido 25 maravillosos años junto a mis padres y mis hermanos. He aprendido a compartir, a amar, a recibir y a dar. He aprendido el valor de la familia, el concepto de comunidad, de comunión con otros. Ahora ha llegado el momento de dedicarme a mí, de pasar a otra cosa, de hacerme mayor, y de seguir aprendiendo de la vida y del Universo.
Por ahora he ido a ver un piso, y ya me he enamorado de él. Mi destino inmediato es la Sierra norte de Madrid, a la altura de Guadalix. No sé si acabaré allí, aunque realmente ese es mi deseo. Así que, amigos todos, compañeros, os comunico que posiblemente a principios del año que viene me veréis en mi nueva casita (decorada al mejor estilo Ikea), a la que podréis ir cada uno de vosotros siempre que lo deseéis.
A partir de hoy publicaré con relativa frecuencia mis novedades en este aspecto, y deseo de todo corazón que me acompañéis en mi nueva aventura tan bien como siempre hasta el momento. Con cariño,
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