jueves, 6 de octubre de 2011

Más de 100 Mentiras

Hay un día al año, 24 horas enteras, con sus 1.440 minutos y sus 86.400 segundos en que celebramos el aniversario de nuestro nacimiento. Yo hoy me encuentro en ese punto, en la fecha señalada, en el día D.

Tengo la increíble suerte de tener una amiga -amiguísima- que trabaja en una revista bastante importante. Ayer me sorprendió con dos entradas para ir al pre-estreno (para el pase de  prensa) de Más de 100 Mentiras, el musical de Sabina. Salí con bastante tiempo. Siempre que voy a verle, me preparo para no montar un numerito espectacular en plan fan-loca-dispuesta-a-todo, de las que gritan hazme un hijo a pleno pulmón en mitad del espectáculo. Y es que cualquier persona que me conozca mínimamente sabe que Sabina me entusiasma.

Una terraza en la Gran Vía, dos amigas, un gin tonic con cáscara de limón, edificios altos, cien idiomas, mil gentes. Los nervios a flor de piel. Me pueden las ganas. ¿Qué tendrá Sabina, que me embriaga, que me posibilita la magia?

Eran las 20.30 en punto. Un actor comienza a recitar: en el mundo de Sabina -como en el mío- está prohibido prohibir. Empieza bien. Mis pupilas se dilatan de pura emoción, y observo embelesada a los artistas, con sus coplas y sus volteretas. Presto toda mi atención a esta otra historia de los bajos fondos, con sus yonkies, sus trapicheos y sus putas. Pongo mi mirada en las letras, en los acordes, en los sueños, en las catedrales, y en las más de cien mentiras que hacen que valga la pena...

Más de tres horas de desfase, de inquietud, de sonrisas y lágrimas, de felicidad, de entusiasmo, de alegría, de una vida tan a lo Sabina. Mi cumpleaños oficial (es decir, 6 de octubre a las 00.00h) empezó con la guinda final de Y nos dieron las diez, y las once, las doce y la una y las dos y las tres, y desnudos al anochecer nos encontró la luna...

Mi madrina siempre dice que tu año va a ser un reflejo de cómo fue el día de tu cumpleaños. ¿Acaso yo le puedo pedir algo más al mío? 

Esta mañana me he levantado pletórica, con una extraña sensación algo nacionalista, con Madrid tatuado en el tuétano. Me he vestido y he vuelto al centro, a empaparme de sus calles, de esta ciudad que me vio crecer, que me crió, y que me acompañará siempre allá donde vaya. Ya lo dice la canción: aunque muera el verano y tenga prisa el invierno, la primavera sabe que la espero en Madrid. ¡¡Yo de mayor quiero vivir en la Gran Vía!!

He tenido un día literario, bucólico, romántico. Un día de soledad y compañía, un día de amigos y abrazos, un día que es mi día y lo he celebrado conmigo, como a mí me gusta. A pesar de todo, siempre fui muy independiente. 

Quiero agradecer a todos las felicitaciones, los regalitos, los instantes que habéis invertido en pensar en mí.

P.D. Si alguien se quiere venir con Ana y conmigo a ver el musical de Sabina, que me lo haga saber (esperanzadetoro@gmail.com). Yo volveré este mes segurísimo.


Pre-estreno de Más de 100 Mentiras
5 de octubre de 2011




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