martes, 27 de octubre de 2009

El problema sexual


Esta tarde he estado paseando por el barrio en el que viven los niños del comedor, entre el calor aplastante, el hedor nauseabundo que salía de las chabolitas, y la visión repugnante de miles de viviendas –por llamarlas de alguna manera –medio derruidas, todas negras, diminutas… En cada una viven muchísimas personas, más de las que cualquier país desarrollado consideraría apropiadas en un hogar decente. Y es que esa es una cuestión mayor por aquí.

He estado hablando con la psicóloga esta mañana porque quería saber cuál es el motivo por el que todas las niñas llegan a la mayoría de edad siendo madres, algunas incluso de dos criaturas. Nadie sabe si es el calor, el aburrimiento, la cultura algo más pasional o la escasez de recursos, pero la realidad es que cada día me cruzo con miles de niñas, todas ellas con unos bombos enormes, y algunas no tienen nada más que trece años. Por ponernos así, yo ya podría tener un hijo de 11 años, y no me quedaría nada para ser abuela… No quiero ni pensarlo…

Entonces le he comentado a una de las hermanas que por qué no damos un curso de formación sexual a los niños desde que son muy pequeños, no sólo por el tema del embarazo (que al fin y al cabo no deja de ser siempre una alegría), sino porque existe una realidad aún peor que es la de las enfermedades de transmisión sexual. No sé, estoy dispuesta a ponerme en plan dispensario y repartir preservativos entre los niños yo misma si hace falta. Pero las monchis no quieren, eso les parece una aberración. La solución –según ellas –es la abstinencia. Y yo me pregunto: ¿pero no se dan cuenta de que no se van a abstener? A veces hay que ser más resolutivo y menos ético, ¿no?

Estoy muy preocupada con este tema. Cuando pienso en las 15 personas que viven en cada casita, que no tienen trabajo, no se lavan, no tienen ni para comer, dependen por completo de la caridad de las hermanas… Si hasta tienen que venir aquí a parir porque no se pueden costear las cuatro perras que les cuesta dar a luz en una clínica pública… ¿Y ellas quieren formarles en la abstinencia? Tengo que buscar una solución con la que todos estemos contentos. De momento estoy preparando un mini curso con mucha mano izquierda para presentárselo a mi tía y que no se escandalice. Quizá no hay que hablar de lo que se debe y lo que no se debe hacer, sino simplemente de lo que puede pasar y los riesgos que conllevan nuestros actos. Que a cualquiera le puede suceder, y que no es una de esas cosas que siempre le pasan a los demás

Si alguien tiene alguna idea, sugerencia o iniciativa, le estaría muy agradecida. Mil gracias a todos por vuestro apoyo. Sin él, seguramente yo no estaría aquí.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy he tenido la suerte de poder dedicarle unas horitas a tu blog, Espe gracias por enseñarnos otro cielo!!

No me puedo resistir a comentar esta entrada, por favor Espe lucha por este tema de educación sexual, es un tema complicado con tus "monchis" pero todas son mujeres sabias y tienen que entenderlo.

Ya estoy atrapada en el gramófono...

Victoria