lunes, 26 de octubre de 2009

La hermana Esperanza y las tres emes

¡Hola a todos de nuevo!

Hoy es el cumpleaños de mi tía Concha, o también conocida en estos lares como hermana Esperanza. Cumple nada más y nada menos que 63 añazos, y parece una pipiola. Desde que se ha levantado no ha perdido ni un solo instante la sonrisa, y me ha dicho que cómo no iba a estar contenta, si tiene la suerte de celebrar un año más de vida acompañada de su Padre. Es emocionante la vida de las hermanas. Mira que a mí las cosas monjiles me dan un poco de repelús, pero es que estas hermanas son tan felices, que hasta duele mirarlas.

Durante el desayuno, que ya le gustaría al Ritz tener la fruta que aquí tienen, se han repartido los regalos. Un mantelito para la capilla para la exposición del Santísimo, un poco de dinero que ha donado una vecina, y una tarjeta muy antigua escrita por los lados. Y cómo miraba sus regalos, alucinada, como si fueran auténticas joyas. A mí se me rompía el corazón, así que me he ido a una pastelería con la hermana Andresa que es la más joven y es la monda. He comprado una caja de bombones de color verde esperanza, para que la comparta con el resto de las monchis. Y unas pastas para que pueda servir algo a sus invitados (el sacristán, el obispo, la madre franciscana... En fin, la alegría de la huerta). Y claro que sí, una torta, que es una tarta sólo que mucho más grande. Y me dice Andresa: ¿Querés una tienda muy chuchi para comprarle algo a su tía? Y yo digo que claro que sí. Y me lleva a la mejor pastelería de la ciudad. Ay madre, esas tartas eran dignas de una foto. Una capa de bizcocho, una de dulce de leche, otra de bizcocho de dulce de leche, otra de dulce, otra de bizcocho, otra de merengue, otra de nata, y otra vez volver a empezar. Y así tres veces más. y todo con un cuchillo repugnante, y la pastelera tenía cara de pulpo... Yo la miraba y pensaba en la diabetes de las monjas mayores, en el hígado de mi tía, en el dolor de estómago que eso tiene que dar, y en que si eso era lo mejor, no quería ni pensar en lo peor. Así que dije que de torta nada, que mejor algo ligerito. Y encontré algo parecido... Un lemon pie, que ha resultado estar bañado en azúcar y nata, pero la tía estaba muy contenta, contando anécdotas de su infancia, y con esa sonrisa que iluminaba todo el comedor...

Los niños del comedor tampoco han querido perder la oportunidad de felicitarla, así que se han pasado toda la mañana haciendo un portalápices con forma de ángel. Pero qué lindos. Y cuando se lo he dado a la tía en la comida, casi (sólo casi) se le salta una lagrimita de emoción. Me gusta mi tía. Es genial. A partir de ahora, la asciendo a la categoría de tiísima.

Y bueno, ya sólo como nota decir que ayer las hermanas me preguntaron que cuándo era mi cumple. Se sintieron tan apenadas al ver que ya había sido, que me han regalado miles de rosarios, santos, medallas y demás emblemas místicos, y me he acordado mucho de Juanita y de su santuario, que se ha quedado corto comparado con el mío, así que voy a ver si me entero de dónde hay una oficina de correos para mandarle alguno de mis santitos porque rezó muchísimo por mí, y también para que su querido Alito se ría un poco cuando vuelva de Miami unos días.

Dejando esto aparte, y retomando el tema de mi tía, debo decir que las monchis no están nada puesta en algunas cosas, como por ejemplo en el mundo de Internet. Yo alucino con lo que hacen por no tener una cuenta corriente en el banco, así que ya estoy intentando liar a la tía para que se haga una tarjeta y así comprar los billetes de avión, cargar el skype y demás cosas que les harían ahorrar muchísima plata. Es alucinante las peripecias que llegan a hacer para consumir menos, para no gastar... Aunque desgraciadamente me enfrento a la maldición de las tres emes: mujer, monja y Mingo.





5 comentarios:

Gloria dijo...

Me emociono un monton con todo lo que cuentas!!!! Dale un beso enorme a la Tia Concha y muchas felicidades de mi parte. Y para ti, un gracias por hacernos un huequecito en tu viaje. Besitos

Unknown dijo...

Hola Espe, lo primero por favor traslada mis felicitaciones a la tía. Octubre es un mes maravilloso rodeado de cumples de gente estupenda!!! (yo tengo 3 en casa!!). Y lo segundo, me he reído muchísimo con este relato.Lo de las tartas es auténtico!!. Se me ha quedado clavado eso de las "3ms", que por cierto yo las llevo colgando en mi nombre y apellidos..., pero es que es total, aunque yo creo que si llevas a la tía por el camino del "ahorro", estoy segura que lo tendrás fácil con los mundos de internet. Un beso y No PARES!!!, mer

Concha dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyyy,estuve tooodo el día pensando en a Tía Concha en ti pero al final se me pasó entrar en el blog...¡¡Felicidades!!
La tía no habrá soltado lagrimita, pero yo si! Flipo con tus escritos.
Besitos, Besitos y más besitos!

bemarro dijo...

espe!!! me han encantado tus vivencias de hoy!!! ha tenido que ser un dia especial para ti en aquellos lugares!!!
Me encanta leer tu blog, asi que sigue escribiendo!!! bstos.

Luz dijo...

jajaja me encantas Espe... las 3 emes... y lo mejor, la categoría de tiísima!! Te leo siempre!! un besín!