lunes, 19 de octubre de 2009

Una princesa en el castillo



Cuando era pequeña soñaba cada día con que sería una princesa. Pues bien, también desde niña me encantaba visitar castillos, y por eso siempre disfruto cuando estoy en uno. Me siento especial, como una reina. Y da igual si soy una mera turista casi china de las que hacen fotos sin parar y ponen los dedos en señal de victoria. Nada importa, porque estoy en un castillo...


He tenido el enorme privilegio de visitar muchas edificaciones reales a lo largo de mi vida, en parte gracias a mis padres, pero también a mi querido tío Javi, o también conocido como El Pipo, y bueno, a Ana que me ha acompañado en la ruta de los palacios europeos, en una especia de tour durante el año en que vivimos en Polonia.


Tengo que reconocer que este fin de semana he sido una princesa, me he comportado como una princesa, he dormido como una princesa y, por supuesto, he comido como una princesa. ¿Qué más se le puede pedir a un fin de semana? Sólo espero que durante mi estancia en Paraguay, siga sintiéndome princesa en vez de rana...




1 comentario:

Ana dijo...

....todas queremos ser princesas de pequeñas y, al final, todas, donde estemos somos princesas! :-)
Es genial,no?