sábado, 10 de abril de 2010

Nostalgia de lo mío

Transcribo literalmente de mi diario:

Los minutos en este lugar se hacen horas, y me da la impresión de que llevo toda una eternidad ya acá. Durante los últimos dos días he ido a un Via Crucis infinito con los indígenas -me llamaba la atención que todos ellos fueran católicos, y quería comprobarlo con mis propios ojos-, me he duchado exactamente 9 veces (y las que aún me quedan hasta que me acueste), he pintado unas versiones algo vanguardistas de Pedro P. Peña, y he escrito más que en toda mi vida, incluyendo 5 cartas a diferentes personas. 

He reflexionado muchísimo sobre lo que quiero hacer cuando vuelva y, de hecho, he tenido tiempo hasta de planificar los próximos 50 años de mi vida. Me he leído una novelita de rubias y cachas, y por si eso fuera poco, me he mirado por primera vez en dos meses en un espejo de cuerpo entero (en la casa de Asunción no tengo esa posibilidad) y me he descubierto cilíndrica. Creo que soy la única persona que se va a hacer un voluntariado a un país del Tercer Mundo con gente que se muere de hambre, y vuelve más gorda de lo que se fue. 

Aunque la parte positiva de todo esto es que he conocido a Ilda, la cocinera de toda la vida de las hermanas aquí en Peña, y puedo asegurar y jurar por mi vida, que es la persona que mejor cocina del mundo entero. Supera incluso a las afamadas cocineras de mi abuela Espe... 

La conclusión de todo esto es que por muchas cosas que haga, sigo aburridísima. Y no hay nada que engorde más que el aburrimiento. Me siento como cuando tenía 12 años y mis padres aún me obligaban a ir a Torremenga cada fin de semana, sólo que sin luz, ni tele, ni música, ni hermanos, ni juegos de mesa, ni apenas gente con la que hablar...

Sé que a mis padres esto les encantaría, sobre todo a don Gonzalo, y lamento que no llegaran hasta aquí cuando vinieron en febrero. Aunque, por otro lado, es una excusa perfecta perfecta para volver algún día... En fin, ya sólo me queda la tarde de hoy y el día entero de mañana, y espero partir el lunes hacia Asunción... ¡Qué ganas!

Definitivamente me declaro urbanita, enemiga de los bichos mutantes subtropicales, y casi adicta a Internet... Esto es demasiado para mí... ¡Si pudiera, me iba mañana mismo a Madrid!


Continuará...


El pozo de agua. Dibujo en mi cuaderno.

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