sábado, 27 de febrero de 2010

Café a la europea con Ana

Esta tarde me he ido con mi amiga Ana a tomar un café (que eso es justo lo que decimos en España cuando quedamos con alguien para charlar fuera del horario estipulado para las comidas, aunque no es necesario en absoluto tomar café). Tenía muchas ganas de hablar con ella detenidamente, ya que desde que volvimos de Río no había tenido la oportunidad de dedicarle más de cinco minutos seguidos...

Como he llegado yo primero, he elegido una cafetería de la franquicia Havanna -que para los que no lo sepáis, es la marca más conocida a nivel internacional de alfajores de dulce de leche-. Y mientras esperaba, he leído toda la carta detenidamente. No me iba a pedir nada, ya que sigo con mi deliciosa y extraordinaria dieta del huevo, pero me hacía ilusión saber qué hay en una cafetería a la argentina. Y qué desilusión y alegría al mismo tiempo cuando he descubierto que, en realidad, podría estar en cualquier lugar de Europa y no notaría la diferencia... 

Dejando a un lado las cuestiones culinarias -aunque ahora mismo podría jugar encantada con cualquiera al ¿qué te comerías?-, os tengo que decir que he encontrado en Ana a una verdadera amiga. No sólo sintonizamos de una manera tremendamente especial, sino que compartimos opiniones, recursos y energías. Tiene una manera muy especial de ver la vida, y siento que puedo hablar con ella de cualquier cosa que se me pase por la mente. 

Es maravilloso estar con ella, y eso ha sido lo mejor de mi tarde: sentir que, por un instante, estaba en El Descanso -el bar que más he frecuentado durante mis años universitarios-, tomándome una Coca-Cola Light (ya dije que no era necesario beber café), y conversar durante horas de la reproducción del cangrejo de río o, simplemente, llegar a tal punto de complicidad que con tan sólo decir castor azul, el otro sabe que no quieres seguir hablando del tema. 

Ana se merece esta entrada. Y como tiene verdaderas intenciones de venir a visitarme a España y, quién sabe, quizá quedarse allí un tiempo para estudiar un MBA en Psicología, sé a ciencia cierta que siempre seremos amigas y que, aunque parezca extraño, con ella estoy entendiendo en profundidad el significado exacto de la palabra amistad. 

Gracias por hacerme crecer cada día contigo, a tu lado, en el comedor, en tu casa, con tu familia, y conmigo misma.

Ana: eres un tesoro. 

Un beso enorme.


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