lunes, 15 de febrero de 2010

El Grano Parental

Y hoy, como ya avisé ayer, he accedido al lado brasilero de las Cataratas de Iguazú. Tengo que reconocer que las vistas son muchísimo mejores, puedes disfrutar de una panorámica espectacular, con una fotografía grandiosa de todo el complejo. Es lo que mi profesor de creatividad Juan Martínez-Val hubiese llamado una visión holística de la realidad.

A pesar de eso, sigo pensando que merece mucho más la pena el lado argentino, porque es cuando realmente pasas por encima de las propias cataratas. De verdad que es una visita obligada para cualquiera que venga por este lado de las Américas (y eso incluye a mi amiga Patricia, que sólo se quedó en Brasil, y que estoy segura de que el año que viene seguirá mi sabio consejo).

Aparte de eso, el día una vez más ha estado marcado por las largas horas de coche, la inmensa lluvia torrencial, y el frío del aire acondicionado. Pero también tengo que contaros algo no apto para enemigos de lo escatológico, así que si tú, lector, estás en ese grupo, te recomiendo dejar de leer en este preciso instante:

Yo siempre he estado muy agradecida a mi genética privilegiada por concederme el honor de tener una piel preciosa, suave y limpia. El acné nunca me visitó, ni siquiera durante la adolescencia, por lo que mis ancestros Mingo y Zapatero (mi abuela estaría avergonzadísima de que publicase su apellido real) hicieron una buena mezcla...

Resulta que cuando yo vivía en Polonia y mis padres vinieron a verme, me salió un grano en mitad de la cara de los que hacen historia. Estuve varios días trabajando en él, y aún así mi amiga Ana -que lo vio en vivo y en directo- estaba alucinada. Decía que ella nunca había visto cosa igual... Pues bien, desde hace un par de días, el Grano Parental ha vuelto, con intención de reproducirse y de dejarme un regalito no apto para fotos sensuales en las cataratas... ¡Un desastre!

Eso significa que hay algo que no está bien en mi mundo interior ahora mismo, y que debo esforzarme por cambiar antes de mi próxima aventura, porque me niego a que eso siga pasándome. Ya os contaré cómo ha ido evolucionando...


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