domingo, 28 de marzo de 2010

Somos novios

He llegado a tal punto de confianza con los niños, que ya me consideran una amiga a la que contar sus problemas. Eso me coloca en una posición de responsabilidad extrema cuando me entero de determinadas cosas que no se pueden consentir y que ellos incluso normalizan... ¡Pero he de reconocer que me encanta!

A veces me siento como si estuviera de nuevo en aquel campamento del 99 en el que conocía los cotilleos de todos los que estaban allí, y me sabía una líder del grupo. Pues bien, una vez más me he convertido en una adolescente radiomacuto y los niños hasta me piden cita para hablar conmigo. Soy una mezcla entre amiga, madre, hermana mayor, referente, colega y consejera de pareja. Y lo más importante, ahora soy la mayor fuente de información para los chicos...

Así que, de esta manera, he descubierto que todos están llenos de novios, que son extremadamente precoces, muy promiscuos, y del todo irresponsables. Hay una pareja que es la que a mí me llama más la atención. El otro día, como quien no quiere la cosa, una niñita se me acercó a charlar conmigo. La conversación fue algo así como:

- Oye Espe, ¿qué haces cuándo...?
- ¿Cuando qué, Mili? -Milagros se puso roja como un tomate y no se atrevió a seguir. Yo me imaginé por dónde iban los tiros, así que me animé a preguntar-.
- Mili, ¿tienes novio?
- Sí.
- ¿Y quién es?
- Denis.
- ¿Denis? ¿El mismo Denis al que he castigado hoy sin postre por tirar toda la comida por los aires?
- Sí. ¿A qué es estupendo?
- Sí, la bomba. ¿Y desde cuándo sois novios?
- Uy, remucho ya. Un mes...
- Ah. Muchísimo, sí... ¿Y cómo empezasteis a ser novios?
- Él me lo pidió.
- ¿Y cómo te lo pidió?
- Me dio una carta de amor. Te la enseño, que la llevo siempre encima...

Yo la leo y me sonrío ante la sarta de cursiladas entre faltas de ortografía, pero me parece muy bonito, y me acuerdo de un novio que yo tuve también a esa edad en el cole... 

- ¿A qué es muy romántico? Nos vamos a casar.
- ¿Ah sí? ¿Y cuándo os vais a casar?
- Cuando tengamos un hijo.

Yo en ese momento empiezo a toser y me entran espasmos. Estos niños tienen 11 años. Veo clarísimamente que esta parejita requiere de una charla urgente.

- Ah ¿Y ya queréis tener un hijo?
- Ahora no, pero como en dos o tres años sí...

¡Ay la madre! A mí ya me caen sudores fríos por la espalda...

- Milagros, pero... ¿tú sabes cómo se tienen los niños? -siento que tengo que tantear el terreno para ver cómo está la mente de esta niña-.
- Sí, claro. ¡Cogen! - téngase en cuenta que la palabra coger en Latinoamérica tiene una connotación sexual explícita, cuyo sinónimo a la española no quiero citar en mi entrada de hoy-. 
- Ah, ya. ¿Y... Tú qué piensas al respecto?
- Pues... Nosotros ya nos damos besos. ¿Para qué están los novios sino?
- Claro, pero los novios no están sólo para eso. Los novios se quieren, y se dan mimitos, y comparten sus alegrías y sus penas, y desean pasar mucho tiempo juntos, y se enamoran... - yo me sentía un poco perdida durante esa conversación. No sabía ni qué decir-. ¿Tú le quieres, Mili?
- Por supuesto que le quiero. Es el hombre de mi vida. Pero tengo algunas dudas, porque hay cosas que no sé hacer...

¡Ay madre! Yo ya estaba visualizando a Milagros embarazada en poco menos de un año. Casi deseé tener ahí a alguien que me diera un manual de qué decir en aquél momento a una niña que necesitaba el mejor de los consejos en ese momento...

- Milagros, ya sé que ahora mismo sientes que Denis es el hombre de tu vida (casi se me escapa una carcajada ante la idea de ellos dos hechos unos abuelitos dándose la mano), pero aún sois muy jóvenes. Yo os invito a dejar las cosas estar, y vivir cada momento cuando corresponde. No hay una edad única para ser mamá, ni tampoco para casarse. Si a ti te preguntan qué quieres ser de mayor, ¿tú qué dices?
- Yo quiero estudiar para poder trabajar fuera de la calle.
- Muy bien. Pues si eres madre a los 12 o a los 13, no podrás seguir estudiando en la escuela a la que vas ahora. Tendrás que buscar un trabajo para poder alimentar a tu bebé. A mí me parece muy bien que si quieres a Denis, le des besos. Dar besos es muy divertido. Pero cuídate, porque las cosas que haces hoy tienen repercusiones en el futuro... -Milagros me miraba como si fuese la primera vez que alguien le contaba eso-. ¿Con cuántos años tuvo tu mamá a tu hermana mayor?
- A los 13.
- ¿Y no te dice ella alguna vez que le hubiese gustado esperar a ser algo mayor para tener hijos?
- Sí, lo dice muy a menudo...
- Ves como hasta tu madre te dice lo mismo que yo...
- ¿Y si Denis...?

Yo podía detectar su cara de angustia, así que deduje que algo estaba pasando. Me arriesgué, y le dije un simple:

- Si Denis de verdad te quiere, esperará el tiempo necesario. Te lo prometo. Y si no lo hace, entonces es que no te quiere. 

Creo que Milagros se fue muy contenta aquel día, pero como yo me había quedado con el runrún en la cabeza, al día siguiente pillé a Denis por banda, y hablé con él a solas:

- Hola Denis. ¿Qué tal todo?
- Muy bien.
- ¿Qué tal en el comedor?
- Muy bien.
- Me he enterado de una cosita...
- ¿De qué? Yo no he hecho nada hoy, ¿eh?
- Ya lo sé que hoy no has hecho nada... Es sólo que me he enterado de que tienes novia.
- Yo no tengo nada de eso -yo ya estaba pensando pues sí que vamos bien-. ¿Quién te lo ha dicho?
- Una señorita encantadora cuyo nombre empieza por M.

Él me miraba alucinado...

- ¿Te lo ha dicho ella?
- Sí.
- Ah, bueno. Pues sí que es mi novia.
- Ah ¿Y qué tal?
- Muy bien. 
- ¿Y... os dais besos?

Me seguía mirando alucinado, como si un alienígena me hubiera poseído...

- ¿Denis...? -yo continué-, ¿estás bien?
- Espe... Sí que nos damos besos, pero yo la quiero. Me voy a casar con ella...

¡Ay madre! Tuve que repetir la conversación con un poquito más de delicadeza, y descubrí que sus miedos eran casi los mismos... Así que se fue también contentísimo. 

Pero se corrió la voz, y todos vinieron a preguntarme sobre novios, y novias, y maridos (como si yo tuviese muchos esposos o algo así), y bebés enfermos, y hombres maltratadores.... Y esta mañana, un niñito de 4 años, se me ha acercado, me ha tirado de la camiseta, y me ha indicado que me agachara hasta su oído para contarme algo. Yo le he hecho caso, y le he dicho:

- Hola príncipe. ¿Qué pasa?
- Espe... Yo tengo 4 novias. Pero no se lo digas a nadie porque si alguien me hincha, le pego. Tengo que mantener mi estatus...

A mí me ha hecho tanta gracia que me he pasado dos horas riendo... ¡Cómo son los niños! La conclusión a la que he llegado es que todos las niñas tienen muchos novios con los que se ven casadas y llenas de bebés, y les hacen competir entre ellos para ver quién se queda con el premio. Y los niños tienen muchas novias a las que no dicen que tienen otras de repuesto. ¿Los tópicos llegan ya a los críos, o no son estereotipos sino realidades? 

Eso sí, ha aprendido que la necesidad apremia, así que la semana que viene les monto un taller de educación sexual. Ya me he preparado hasta un Power Point con vídeos y todo. A ver si sirve de algo...


No hay comentarios: